
La crisis económica y financiera en la que estamos inmersos se ha dejado notar en todos los sectores y la televisión no iba a ser menos. En 2008 se disparó el consumo de televisión, propiciado por la necesidad de quedarse en casa y no gastar dinero. Esto provocó que los datos del tiempo que dedican los españoles a ver televisión se incrementasen notablemente y llegasen a alcanzar las 3 horas y media por persona y día.
Actualmente, los datos más recientes que proporciona la agencia de medición de audiencia TNS Audiencia de Medios (antes Sofres Audiencia de Medios) nos remiten al año pasado. Aunque muestran un ligero descenso en los minutos consumidos, llegando a 221 frente a los 226 del año anterior, también mantienen su consumo las personas de edades comprendidas entre los 25 y los 65 años, coincidiendo con los targets con más peso comercial.
Las cadenas no supieron reaccionar ante este incremento en la demanda buscando nuevos formatos, sino que continuaron con la estrategia programática de cubrir los fines de semana con cine de familiar y apostar por la franja de la sobremesa y del prime time.
Aunque no se han producido muchos cambios a la hora de programar los contenidos, sí que hemos podido notar diferencias en los contenidos ofertados. Por ejemplo, desde que se relanzó la Televisión Digital Terrestre (TDT) en España el 30 de noviembre de 2005, la mayoría de los canales recurrieron como estrategia a la reposición de series de éxito que ya habían sido emitidas en el pasado por la cadena principal a la que pertenecen. La TDT se convirtió así en un cementerio de contenidos olvidados, con el que los nostálgicos se frotaban las manos y algunos otros mirábamos a la televisión decepcionados, pues habíamos esperado que la nueva televisión trajera consigo cambios a la hora de disfrutar de los programas, además de un nuevo torrente de formatos.
En estos momentos la televisión digital terrestre no tenía el poder de competir con el modelo de televisión analógica, pues muchos hogares aún no habían adaptado sus televisores para poder recibir la señal. Este sería el espacio de tiempo en el que en los hogares se decidiría la pugna entre TDT y televisión analógica.
Aunque al comienzo era una batalla perdida, debido también a la audiencia residual de la TDT en el momento, cuanto más se acercaba el apagón analógico más apostaban las cadenas por sus canales de TDT, cediéndoles un hueco en el tiempo de publicidad del canal principal para promocionarlas.
Pero centrémonos en las consecuencias directas de la crisis en el mercado televisivo. Éstas se han podido ver en la feria de los formatos celebrada en Cannes. Este año en el MipFormats se ha visto una preferencia por los contenidos de siempre que ya han cosechado un éxito en el panorama televisivo internacional, con los que las cadenas no arriesgan y tiene un valor seguro, dejando de lado la innovación que aportan los nuevos formatos. Esto tan sólo incrementa las limitaciones de las productoras independientes para vender sus contenidos, pues las televisiones prefieren los ya consolidados.
La fragmentación de la audiencia provocada por el incremento en la oferta de canales también ha contribuido a estos problemas. Los presupuestos destinados a la programación han sufrido recortes. Esto se ha podido notar en la escasa presencia de contenidos originales presentados en el MipTV.
Por su parte, nuestro país marca su presencia en la cita internacional del mercado de contenidos. Tan sólo superada por Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania se consolida en la producción de contenidos interesantes para el mercado internacional. Este año han sobresalido dos formatos españoles, de los 10 presentados en el acto, el concurso "La habitación asesina"de 3Koma (Grupo Boomerang) y "A seis grados de ti", un formato de Producciones 52.
Las producciones volverán a tener una oportunidad en el "Audiovisual From Spain" una feria organizada por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), donde se fomentará la venta de formatos españoles en el plano internacional.
Mar Amador Caravantes
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